Descripción conceptual
Morir en el mito acaso sea la muerte más cruel. Porque el mito descansa sobre la eternidad, la muerte del héroe nunca termina de suceder, más aún si, como en el proceso compositivo de Richard Wagner, esta muerte fue el origen del ciclo del Anillo. Ese fin no deja de anunciar un nuevo comienzo.
Brünnhilde retorna al fuego que la custodiaba. Pero la pregunta acerca de la redención ha de indagar en si se han cerrado las espitas. Nunca cabrá el regreso a la naturaleza, por más que su canto hiciera albergar la esperanza de comprenderla; la espada no será más fuerte que las runas por más que rompa en pedazos la lanza que las acoge; el amor que atraviesa círculos de fuego no vencerá a la muerte porque la maldición del anillo aherrojará al héroe. Lejos de expiar el incesto paterno, el error trágico de Siegfried radica en no haber aprendido el miedo; más allá de desear un festín con los restos del héroe, los cuervos de Wotan atestiguan el corte sacrificial de un hilo.
Y es que Siegfried muere en el mito al tiempo que con él muere el mito. Tras el héroe, lo demás es silencio. Luego de la desaparición de los dioses queda el balbuceo nervioso de los hombres. El fuego lo consumirá todo, el Rin volverá a acoger el oro mientras, insinuado, el canto de Sieglinde hará albergar de nuevo la esperanza de la redención por el amor. Aunque quizás todo esto sea mentira.