Espacio Espora cerró a principios de 2011, después de tres años de actividad. Nació como un lugar de encuentro no sólo entre creativos o artistas emergentes, sino como un espacio de continuo diálogo e intercambio cultural. Inmersos en la escena del arte urbano desde principios de los 90 y conscientes de la dificultad de encajar este tipo de propuesta en los circuitos convencionales y comerciales, sus integrantes decidieron apostar por una vía alternativa, abrir una ventana al público y hacerle partícipe del proceso de creación.
Así surgió Espacio Espora, un proyecto que combinaba la oferta de servicios de serigrafía y talleres de formación de distintas disciplinas, con la exposición y producción de proyectos de arte contemporáneo y el alquiler del espacio para toda persona física o empresa que necesitara en un momento concreto un lugar para desarrollar una actividad.